Autora: Pati Blasco
Hacía años que no llegaban tantos manuscritos y, en esta edición número XXII, revisar los 171 ha sido toda una aventura. Desde Desnivel siempre hemos querido enfocar la resolución del Premio como la última fase de un bello proceso, teniendo en cuenta que todos los manuscritos tienen detrás trabajo, ilusiones, tiempo, oficio, esperanza, miedos, atrevimiento… Este año la sorpresa ha sido que los libros finalistas eran tan maravillosos que casi cualquiera podía ganar, ya que eran muy distintos entre sí y tenían mucha alma y mucha calidad literaria.
El jurado compuesto por Ramón Portilla, Jorge M. Mier —ganador en 2018— y yo misma, con la participación de Carmen Samper y Darío Rodríguez de Desnivel, estuvimos varias horas debatiendo hasta estar convencidos de que El espejo de hielo era el justo ganador.
«Caminé todo el día sobre un hilo tensado en el abismo. Cuando este se acabó, me arrodillé en la nieve para recobrar el aliento; la hipoxia por esfuerzo en altitud es como una mano haciendo presa en tu garganta, apenas pasa un hilillo de aire…» Para Ramón Portilla El espejo de hielo es una preciosa historia de amor con el hielo, la nieve y los grandes espacios blancos… Una caricia para el alma…
Ramón es ya un incondicional del Premio que cree en el proyecto tanto como nosotros y que además de su trayectoria como alpinista es un lector con una cultura en literatura de montaña brutal, y con una sensibilidad a la hora de captar la belleza muy potente. Jorge, escritor profesional, ponía un punto más técnico y elaborado a la decisión, con muchas notas y pros y contras de cada manuscrito. Y entre todos fuimos haciendo ese sutil camino que te lleva a tomar decisiones, cuando inevitablemente le dices a algo que sí y a algo que no, y la alegría viene acompañada de despedidas o duelos. Nos gustaban mucho todos los finalistas y nos costó desprendernos de hermosos libros que este año habían pasado la criba hasta llegar a manos del jurado, aunque seguro nos encontraremos con ellos en otros recodos del camino. Puedes ser un participante muy fuerte pero también depende del contrincante que te toca… es el juego de estos concursos.
«El espejo de hielo, es un libro que enamora, un libro muy bello. Es difícil generar esa sensación escribiendo sobre uno mismo y Chus lo consigue. Da gusto leer a montañistas que se atreven a crear literatura y que lo hacen tan bien, con tanta seguridad y dominio de la lengua. Además de ser un autorretrato íntimo maravilloso, logra ahondar en el mundo de la aventura y de la exploración y ser interesante. No he podido dejar de leerlo». Jorge M.Mier, ganador hace dos años con su maravilloso 8.848 Clama Everest
Y cuando llamamos a Chus para darle la noticia se pone a llorar de felicidad «estoy feliz, porque es esto a lo que me quiero dedicar, llevo un año escribiendo, no quería contar lo que ya he contado otras veces y me resultaba difícil, además estuve un año leyendo, investigando en todo lo que hay sobre exploración polar» . Y eso se nota: la historia de la exploración Polar está muy bien documentada en el libro ganador y se sale de los tópicos acercándonos historias y personajes más desconocidos y con mucha riqueza.
Sus logros montañeros (Everest 1999, El Polo Sur en solitario, Leopardo de las Nieves…) nada y todo tienen que ver con su historia.
«No todo son los hechos deportivos, me gusta contar que has sufrido, que te has arrodillado, que te has arrastrado, que te has superado, que detrás de todos estos logros hay mucho calor, mucha pasión, mucha ilusión, mucho dolor también… cuando alguien te lee el currículum piensas que es una pena que lo más importante está detrás del cuadro está debajo de la pintura… quiero decir que hay que rascar…. Despues de un año en mi piel y en el pellejo de los pioneros del hielo, tan cerca de sus emociones… Cerrar el manuscrito había sido, en su momento, como bajar de la montaña».
Chus Lago
El espejo de hielo, libro ganador
Arranca como todas las vidas con unos pasos decididos y libres hacia la aventura, en este caso una isla, a la que recuerda como un reto en su niñez.
«Todo sueño tiene una corriente que te aleja de él, pero es ahí donde reside la emoción y el sentido de la aventura. A lo largo de mi vida he recorrido cordilleras, desiertos, lagos helados y, si bien, ha sido el hecho deportivo el me ha llevado hasta esos lugares, lo que al final ha transcendido como un tesoro ha sido la insoportable belleza del hielo, la emoción de la aventura y la empatía hacia los que han compartido, en algún momento, el trampolín antes del salto. Preparar y llegar a realizar una expedición es siempre una empresa ardua tanto física como mentalmente, un aprendizaje constante ante un espejo de calibrado perfecto y bajo una luz vertical que no perdona defectos. La sensación de que ese mundo helado en el que algunos pasamos gran parte de nuestra vida y de nuestros sueños podría perderse es inquietante, y es posible también que la exploración en la Tierra haya concluido, hasta el ultimo rincón helado es conocido, pero el hecho de la aventura sigue vivo, es un estado mental, una manera diferente de mirar un territorio, una necesidad».
Chus Lago
El Espejo de hielo pretende recoger situaciones diversas que van desde la descripción de un cristal de hielo pasando por el recuerdo de lo que representó para una niña contemplar su primera nevada, una gran avalancha a la que sobrevivir o la visión infinita de montañas desde una cima en la cordillera de Pamir. Por otro lado, comprender la Gran Aventura, a través de los diarios de algunos, de los muchísimos, legendarios exploradores que se adentraron en los territorios aun no pisados por el ser humano.
«Algunas de las historias son apenas instantes de lucidez, de vértigo, el chispazo que sientes en momentos inesperados, la grandeza de las pequeñas cosas».
Chus Lago
Habrá que esperar hasta finales de noviembre para tener entre las manos esta maravillosa historia. Dejarnos empapar de todas las historias que nos llegan siempre es una experiencia enriquecedora, hermosa y llena de sorpresas fascinantes. Por eso os agradecemos tanto la participación y os damos la enhorabuena a todos los participantes por ese acto de valentía que supone escribir y exponerse.